Forma: es una baya ovoide-oblonga, piriforme o casi cilíndrica, grande, carnosa,
jugosa y ranurada longitudinalmente en su parte superior.
Tamaño y peso: de 10-25 centímetros de largo y 7-15 o más de diámetro, su peso
ronda los 500-1000 gramos, llegando algunos ejemplares a pesar más de 5
Kilogramos. En África, existen variedades enanas de unos 300-400 gramos de peso.
Color: presenta una piel fina y de color verde amarillento, amarillo o anaranjado
cuando madura. Algunas variedades siguen siendo verdes cuando ya están maduras,
aunque por lo general la piel amarillea con la maduración. La pulpa es roja anaranjada
o rojiza, con un tono más o menos intenso. La papaya de pulpa roja es más sabrosa.
Sabor: su aroma recuerda al melón, y el dulzor de su pulpa, al de la pera, el melón o
la fresa. Su interior está lleno de semillas negras o grises de sabor picante.
La época de recolección llega cuando los frutos empiezan a ablandarse y a perder el color verde del ápice. La madurez se alcanza a los 4 ó 5 días de la recolección y los frutos toman un color amarillo. Algunas variedades como Betty no cambian de color. Debido a su piel delgada, se trata de frutos muy delicados, por lo que se magullan fácilmente. Por ello, se deben envolver individualmente y empaquetarse con acojinado por todos los lados para su transporte y comercialización. Se deben mantener durante cortos periodos de tiempo a 10-12ºC.